6.11.10

Con H de Humo


Helena. 55 años. Madre de 3 hijos que viven fuera de casa. Después de 30 años dedicada al trabajo y el cuidado de aquellos, se siente ahora libre e independiente. Es deportista, delgada y con aspecto juvenil. Desborda energía por todos sus poros. Atractiva.  Tiene una posición económica consolidada. Viaja con mucha frecuencia.

Desde hace 5 meses es también una MeeticWoman. Su última pareja fue un hombre 10 años menor que ella. No busca amistad. Apenas le queda tiempo para verse con los muchos amigos y amigas que tiene. Le gustaría encontrar un hombre con quien compartir aventuras, ternura  y sexo.  Nunca ha fumado.

- "Y yo, que nunca he fumado... ¿tengo que tragarme ahora todo este humo?".  La miré estupefacta. Helena y yo solemos aprovechar lo que llamamos "encuentros de chicas" para contarnos nuestras aventuras por la red y por la vida.  Ella detuvo un momento su relato, frunció el ceño y apuró su cerveza.

- A ver Helena, no te entiendo. Me dijiste que habías conocido a varios hombres interesantes ¿Qué ha pasado?

- Que ha resultado ser humo. Sólo humo

- Mujer, si hay humo es porque hay fuego -le repliqué-

- Mira Woman, me dijo, el humo es siempre el resultado indeseable de una combustión incompleta -volví a mirarla, esta vez con curiosidad- ¿Te acuerdas de Alberto? ¿El viajero que te comenté que hacía meditación y yoga?  Durante varios meses hemos estado escribiéndonos, conociéndonos.  La verdad que me gustaba y tenía ganas de ponerle cuerpo a la relación. Hace 15 días le comenté en un correo que iba a pasar por Barcelona. Le envié mi número de móvil para que me llamara y poder conocernos. Desde entonces no he sabido nada de él. Nada.


- Mujer, igual le ha pasado algo...


- ¿También a Manuel ?... Sí, un accidente en cadena.

- ¿Manuel?

- Sí, el empresario que me escribió diciendo: "¡Quieta! ¡No busques más! ¡Has encontrado al hombre de tu vida!"  Pues menos mal, amiga Woman, que no me creí el cuento,  ni lo dejé todo, ni salí a su encuentro... porque "el hombre de mi vida" -del que hablaremos en otra historia-  se ha desvanecido, se ha evaporado... como el humo.

Y acercando a sus labios los dedos indice y corazón aspiró profundamente, como quien disfruta de un cigarrillo,  y luego, sonriendo con complicidad, expiró lenta e intensamente, soltando una gran bocanada del humo imaginario hasta vaciarse de toda posible toxicidad.

2 comentarios:

  1. Todos sabemos que el cigarrillo es dañino, sin embargo a veces esas bocanadas de humo son muy placenteras, por eso hay que disfrutarlas mientras duren.

    Besos

    ResponderEliminar
  2. Bien, se dice que el hombre (masculino) tiene miedo al compromiso...supongo que es cierto, más creo que últimamente todos jugamos un juego algo promiscuo, desde la revolución sexual, la igualdad, el divorcio y un claro cambio social…Abrazos amigables

    ResponderEliminar

Pensaron volver... ¿volverán?

Entradas populares