20.2.11

Esperanza


Ella se descubrió ante su reiterada sinceridad y no pudo por más que decirle: GRACIAS.  Era un hombre inusual. Quizás era eso lo que finalmente había hecho que sus naves se dirigieran hacia un destino inevitable y estuviera su corazón ya,  a merced de sus deseos. Aunque no lo entendiera.

Le emocionaba su mirada sobre el mundo y el modo de  expresarlo. Le gustaba la poesía que llevaban sus palabras y el efecto que producían en ella, la emoción que le transmitían. Cuando estaba con él volvía a sentirse pequeña, insignificante, vulnerable, y  deseaba intensamente que sus brazos, cuya fuerza no conocía, la acogieran en un interminable abrazo, y respirar su aliento.  Aunque seguía sin entenderlo. 

Sin embargo, al mirarlo, no podía evitar sentir una especie de adiós anticipado que le decía entre líneas: “chica, no nos compliquemos.  Vamos a dejarlo”   Y al mirarlo,  sin embargo, leía también su deseo, ese deseo de olvidarse del mundo y perderse en ella. Eso la confundía y nublaba su entendimiento.

En esos momentos, deseaba perder toda esperanza, (y entregarse a la posibilidad de que surgiera algo inesperado), pero ese elevado estado mental no era capaz de anidar en su ilusionado pensamiento. Y volvía a recrearse, ensimismada, en el placer de tenerlo al lado.

Le gustaba escuchar de sus labios historias vividas o soñadas y contarle ella las suyas. Le gustaba oír su voz, que conservaba la armonía de sus palabras escritas y  observar sus movimientos al hablar.

Y le gustaba incluso el pudor que sentía ante su mirada, porque la verdad, la puñetera verdad, era que saber de él, de sus realidades y sus fantasías, tenerlo tan cerca, mirar sus ojos y dejarse deslumbrar por el brillo que los animaba, le hacía desear intensamente un desayuno con él -su antes y su después- sumergirse en una "inquieta marea de caricias, gemidos y fluidos" y comprobar juntos que su cuerpo podía ser una cálida morada.





6 comentarios:

  1. ¡Ay de las oraciones condicionales! Tantos "y si..." que se pierden entre las sábanas y terminan junto a las pelusas de debajo de la cama.
    Un abrazo.

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  2. ¿Un sueño, puede ser real?....."leía también su deseo, ese deseo de olvidarse del mundo y perderse en ella".

    ¡Que bien leía!

    Un beso

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  3. Precioso, te felicito Woman on line...

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  4. Merece la pena, siempre merece la pena... aunque se pierda la esperanza.

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  5. Dulce esperanza, un sueño que puede hacerse realidad….

    Un beso

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  6. Muchas veces se piensa demasiado y se pierden muchas cosas. Y si nos dejamos llevar y ya?

    Abrazos

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